Perú |
El Jaguar
Comparte en:
Conocido también como Otorongo, el Jaguar es el felino más grande de América y el tercero del mundo, después del tigre y el león. Habita principalmente en zonas tropicales densas y húmedas. Está estrechamente asociado a la presencia de agua y destaca, junto con el tigre, por ser un félido al que le gusta nadar.
Es una especie clave para la estabilización de los ecosistemas en los que habita, al ser un superpredador, regula las poblaciones de las especies que captura. Está calificado en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como «especie casi amenazada» y su número está en declive.
Ha tenido una importancia cosmológica, ritual, social y económica. Asimismo, era visto por los antiguos como un ser que podía viajar entre los mundos, como un poderoso espíritu capaz de mantener el equilibrio entre el día y la noche, de conservar el balance entre la vida y la muerte. En algunas culturas incluso se asegura que el jaguar no muere, que su espíritu perdura en un lugar especial del cosmos y en algunos casos retorna, en su forma espiritual, al mundo de los humanos.
Hábitat
El área de distribución actual se extiende desde el extremo sur del estado de Arizona en el sudoeste de los Estados Unidos, a través de América Central, hasta el norte de Argentina, incluida la mayor parte de la Amazonia brasileña. En el Perú, se pueden encontrar ejemplares del jaguar en toda la Amazonía y se conserva en las áreas naturales protegidas como el Parque Nacional del Manu.
Descripción
Es un animal robusto y musculoso con un peso promedio de 100 kilogramos. Las hembras suelen ser un 10-20% más pequeñas que los machos. La longitud de este félido alcanza hasta 1.80 metros y la cola puede añadir unos 75 cm más. Su altura hasta los hombros es de unos 67-76 cm. Su cabeza es voluminosa y con una mandíbula prominente.
Los ejemplares adultos tienen una mordedura excepcionalmente potente lo que les permite perforar los caparazones de reptiles acorazados como las tortugas y utilizar un método poco habitual para matar: ataca directamente la cabeza de la presa entre las orejas para propinar un mordisco letal que atraviesa el cráneo con sus colmillos alcanzando al cerebro.
La base de su pelaje suele ser de un color entre amarillo pálido y castaño rojizo. La piel está cubierta de unas manchas en forma de roseta que le sirve para camuflarse en su hábitat selvático. Sus manchas los hacen únicos ya que cada uno tiene formas y tamaños diferentes.
En la especie se produce con relativa frecuencia un exceso de pigmentación conocido como melanismo. Los ejemplares con melanismo parecen totalmente negros y son conocidos informalmente como «panteras negras». Igual que en los demás grandes félidos, en raras ocasiones aparecen individuos albinos, denominados «panteras blancas».
Alimentación
Al igual que el resto de los félidos, es un carnívoro estricto, esto es, que se alimenta exclusivamente de carne. Es un cazador solitario y su dieta abarca más de 80 especies diferentes. Prefiere presas grandes, fundamentalmente mamíferos diurnos, como capibaras, tapires, pecaríes y en ocasiones ciervos, pero también caza caimanes e incluso anacondas adultas.
Es un cazador más dado a preparar emboscadas que a la persecución. Se desplaza sigilosamente por caminos del bosque, escuchando y acechando la presa antes de lanzarse sobre ella o prepararle una emboscada. Ataca desde su escondrijo con un salto rápido. La emboscada puede incluir saltar dentro del agua para perseguir la presa, pues es capaz de llevar una de buen tamaño nadando.
Reproducción
Las hembras alcanzan la madurez sexual aproximadamente entre los 12 y 24 meses de edad y los machos entre los 24 y 36 meses. El celo de la hembra dura 6-17 días de un ciclo completo de 37 días; las hembras indican que son fértiles con marcas odoríferas urinarias y una mayor vocalización. Durante el cortejo ambos sexos cubren un territorio más amplio del habitual.
Las parejas se separan después del coito y las hembras se encargan del cuidado de los cachorros. El periodo de gestación dura entre 93 y 105 días; las hembras paren entre 1 y 4 crías. La madre no tolera la presencia de machos después del nacimiento de las crías, por el riesgo de canibalismo infantil; este comportamiento también se observa en el tigre.
Las crías nacen ciegas e indefensas y dependen por completo de su madre; empiezan a ver después de dos semanas. Los cachorros son destetados a la edad de 3 meses, pero permanecen en la madriguera donde han nacido hasta los 5 o 6 meses, momento en el que empiezan a salir para acompañar a la madre cuando va de caza. Permanecen en compañía de la madre durante 1 o 2 años antes de abandonarla para establecer su propio territorio.
Los machos jóvenes son inicialmente nómadas, enfrentándose con ejemplares más viejos hasta que consiguen hacerse con un territorio. Se estima que su longevidad típica en libertad es de unos 12 años pero en cautividad puede vivir hasta 25 años.
Amenazas
En las décadas de 1960 y 1970, el jaguar enfrentó una caza masiva debido a su piel. Según la organización Panthera, por lo menos 18,000 individuos se mataron cada año hasta 1973. Se estima que el rango del jaguar pueda haber disminuido en un 55% en el último siglo.
En 1975, cuando se instala la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), el jaguar ingresa directamente a la lista del Apéndice I, por lo que está prohibida cualquier forma de comercio internacional de esta especie o sus partes. En el Perú, es considerado una especie en vías de extinción, según el Decreto Supremo N° 013-99-AG.
Los principales problemas de conservación del jaguar tienen su origen en las actividades humanas que generan un enorme impacto directo e indirecto en sus poblaciones. El comercio ilegal y la caza furtiva se han incrementado en los últimos años debido a una demanda creciente de sus colmillos en el mercado asiático. Esta situación, sumada a la pérdida de su hábitat, está acelerando el riesgo de amenaza de extinción para la especie. En este sentido, las áreas naturales protegidas son fundamentales para su conservación.
🥇 Descubre más:
El Gallito de las Rocas, el Ave Nacional del Perú
Conoce al Delfín Rosado del Amazonas, en peligro de extinción
El Perezoso, un animal tierno y simpático de la selva peruana
El ave, el felino y la serpiente, animales sagrados de los incas