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Turismo y Cambio Climático
El cambio climático y el calentamiento del planeta se han convertido en un tema clave de preocupación pública, apoyado por sólidos informes científicos, estudios económicos y una creciente cobertura mediática. Para el turismo, el cambio climático no es un evento remoto, sino un fenómeno que afecta ya al sector en diferentes entornos y destinos, desde las regiones polares hasta las islas tropicales, las montañas, las costas, las zonas áridas, los lugares del patrimonio y demás. Hay que reconocer que hay una relación de dos direcciones entre el turismo y el cambio climático, ya que el turismo contribuye también a este último, principalmente debido a las emisiones que producen el transporte aéreo y el uso de energía en las instalaciones.
Desde la Primera Conferencia Internacional sobre este tema, organizada por la OMT en Túnez en 2003, se ha generado un volumen creciente de conocimientos sobre la compleja relación entre el sector turístico y el cambio climático, se ha despertado una conciencia considerable en el sector del turismo, y el turismo ha sido abordado en el contexto de los procesos internacionales y de las políticas sectoriales afines. Hoy en día, existe un consenso más amplio respecto a la necesidad urgente de que el sector turístico se adapte a los cambios de las condiciones climáticas y adopte medidas en previsión de futuros efectos, así como de que mitigue los impactos ambientales que contribuyen al cambio climático.
Riesgos climáticos para el turismo: necesidad de adaptación
Además de ser un factor de impacto y de riesgo, el clima también es un recurso esencial para el turismo, en general, para todas las actividades al aire libre, especialmente para los segmentos del turismo de playa y de deportes de invierno. La variabilidad del clima y los cambios en los patrones climatológicos pueden afectar directamente a la planificación de los programas turísticos y a las operaciones diarias. Unos patrones meteorológicos cambiantes tanto en los destinos turísticos como en los países emisores pueden afectar significativamente al bienestar de los turistas, a las decisiones que tomen sobre sus viajes e incluso al flujo de turistas.
El cambio en los patrones de la demanda y en los movimientos turísticos tendrá consecuencias para las empresas turísticas y las comunidades receptoras que dependen de esta actividad y ocasionará efectos secundarios en otros sectores como la agricultura o la construcción. Y lo que es más importante, cualquier reducción importante de las llegadas de turistas a los pequeños estados insulares o a los países en desarrollo, lugares en los que el turismo es una actividad económica principal, repercutirá negativamente en el empleo y generará mayor pobreza. Los efectos indirectos guardan relación con el uso de los recursos naturales y el impacto en los destinos y en la infraestructura turística, debido a los episodios climáticos extremos. Estos factores de riesgo deben tomarse en cuenta en las operaciones empresariales y en los procesos de planificación turística a fin de facilitar la adaptación a las condiciones cambiantes del clima.
Contribución del turismo al cambio climático: necesidad de mitigación
Si bien la preocupación por los efectos contaminantes del turismo cubre todos los aspectos de la actividad turística, el principal punto en relación con el cambio climático es el de las emisiones de gases de efecto invernadero que generan el consumo por parte de los viajeros de servicios de transporte, especialmente de transporte terrestre y aéreo, y el consumo de energía en los establecimientos turísticos (por ejemplo, el aire acondicionado, la calefacción y la iluminación de los hoteles).
En una esfera más amplia como es la de la sostenibilidad del turismo, el elevado consumo de agua per capita en el turismo, la eficiencia energética, los problemas de la gestión de residuos y los efectos que el turismo tiene en la flora y la fauna deberían tomarse en consideración. El sector turístico tiene la responsabilidad de minimizar las emisiones nocivas alentando soluciones de transporte sostenibles y neutras en carbono, mejorar la eficiencia en el uso de recursos naturales como agua y energía; y contribuir a la conservación de los espacios naturales.
En líneas generales, es evidente que el cambio climático es real y actual. Ejemplos de estos son la presencia del fenómeno de El Niño costero que afectó al país durante el presente año (en Semana Santa el turismo en Piura decayó en más del 50% según el Ministro de Comercio Exterior y Turismo, Eduardo Ferreyros). El aumento de la temperatura o la reducción de las precipitaciones en algunas zonas. La frecuencia e intensidad de estos fenómenos será mayor ciertamente. En consecuencia, la disponibilidad de agua, la alteración en la producción de alimentos y, el calor intenso, entre otros, afectarán a los destinos y al turista.
Dado el enorme potencial del turismo para contribuir a la mitigación de la pobreza, y que el calentamiento global ha sido causado principalmente por los países industrializados, es posible que las medidas de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero puedan aplicarse con distinta intensidad en las diversas partes del mundo. Para la OMT, el potencial de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es especialmente alto en el sector turístico, porque los esfuerzos por disminuir el consumo energético son aún muy incipientes. Dado que el turismo está creciendo con tanta rapidez, la necesidad de construir una visión mundial y aplicarla es especialmente urgente.
Terminología
Cambio Climático.- Es un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables.
Turismo.- Son las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos al de su entorno natural por un periodo de tiempo consecutivo inferior a un año con fines de ocio, por negocios y otros motivos.
Turismo sostenible.- El turismo que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas; medioambientales y sociales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas