La Cultura Inca
Los incas fueron una civilización que se asentó en Sudamérica desde el siglo XIII hasta la llegada de Francisco Pizarro, en el siglo XVI. Su sede principal fue la ciudad del Cusco. Fueron una de las grandes civilizaciones a nivel mundial, con características propias de organización social, política, idioma, religión, arte, arquitectura y economía.
Ubicación Geográfica
La cultura inca se encontraba alrededor de lo que era su principal ciudad, Cuzco, en la actual Perú, y se extendía hasta el sur de la actual Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y parte del norte de Argentina y Chile, con una extensión total mayor a 4.000 km2.
El imperio incaico estuvo dividido en cuatro grandes distritos conocidos como suyos o estados: Chinchaysuyo, Antisuyo, Collasuyo y Contisuyo. El centro de esta división era la ciudad del Cusco. Los suyos se dividían a la vez en grandes provincias, los cuales solían coincidir con las fronteras de los territorios de los pueblos o etnias sometidas al imperio.
La Cerámica Inca
Se pueden distinguir dos tipos de cerámicas, la utilitaria y la ceremonial. La cerámica utilitaria era la de uso doméstico, por lo general hecho de manera simple y tosca. La cerámica ceremonial, mucho más elaborada y decorada, era enterrada con los difuntos, rebosantes de alimentos o bebidas que, de acuerdo a la creencia inca, debían servir a los muertos en su camino hacia el otro mundo. Son estos ejemplares ceremoniales los que se conservan en los museos y por eso lucen en perfecto estado.
La cerámica inca se caracteriza por sus superficies pulidas, su fina decoración pictórica de tendencia geométrica y el uso de los colores amarillo, negro, blanco, rojo y anaranjado. Solían pintar rombos, líneas, círculos, animales y frutos estilizados, así como plantas y flores.
Ejemplares típicos de la cerámica inca son el aríbalo (cántaro), el pucu (plato de asa) y el quero (vaso ceremonial). El más conocido es el aríbalo, nombre que le dieron los españoles por su lejano parecido con las ánforas griegas. Era usado para guardar chicha o agua. Su tamaño variaba; había algunos que medían metro y medio de altura, y otros mucho más pequeños, para uso personal. Su superficie estaba decorada con motivos geométricos.
La Metalurgia y la Orfebrería
Los incas utilizaron los metales preciosos (oro y plata) para labrar bellos objetos de orfebrería y platería. En realidad, quienes realizaban estas obras artísticas eran los pueblos sometidos, como los Chimúes, cuyos orfebres fueron trasladados al Cusco para ejercitar su arte al servicio del Inca. Producían aretes, orejeras, brazaletes, ajorcas, collares, sortijas, prendedores, tumis rituales, placas, planchas, efigies de plantas, animales y seres humanos para adornar los templos y palacios del Cuzco y otras ciudades importantes.
Es fama que los conquistadores españoles encontraron cantidades ingentes de objetos artísticos labrados en oro y plata, como aquellos que fueron ofrecidos para el rescate del inca Atahualpa y los hallados en el Coricancha; en este último se hizo famoso un gigantesco disco de oro que era imagen del dios Sol o Inti. Sin embargo, todos esos objetos fueron fundidos y transformados en lingotes para ser repartido entre los captores del Inca y la Corona española.
La Textilería
Los incas conocieron los telares verticales y horizontales con los que crearon variados tejidos de lana y algodón. Los tejidos finos que se han conservado son motivo de admiración por su colorido y finura en la confección. Este tejido, llamado cumbi o cumpi, estaba hecho de lana de vicuña, y cuando se le quería dar calidad especial o aspecto vistoso, se le mezclaba con hilos de oro, pelos de lana, o se le recubría con plumas multicolores, o se adornaban con cuentas. Estaba decorado con hermosos dibujos geométricos y naturales llamados tocapus.
También crearon tejidos decorados con plumas de colores vivos, de los que se conservan bastantes muestras en el ajuar de sus momias. Debido a la organización clasista de la sociedad inca, los trajes finísimos estuvieron destinados al Inca y a la nobleza, mientras que las personas del pueblo vestían trajes simples y burdos. Pese a ello, los habitantes del Perú antiguo fueron los mejores vestidos de la América precolombina.
La Religión
Los incas adoraban al dios Sol al que llamaban Inti, así como a la luna y a los fenómenos naturales. La cosmovisión andina fue de carácter politeísta, animista y totémica. En los andes vivieron gran cantidad de creencias, cada cual con un componente étnico. Se creía en la existencia de tres mundos: superior (Hanan Pacha), medio (Kay Pacha) e inferior (Uku Pacha); y en un dios creador Viracocha.
La Momificación
Los incas consideraban necesaria la conservación de sus cuerpos para asegurar la buena fortuna a su linaje. Cuando el Inca moría, su cuerpo era embalsamado de acuerdo a determinados ritos. Se usaba una sustancia llamada isura, que se extraía de una planta de la selva. El cadáver momificado, llamado mallqui, permanecía sentado en el mismo trono en el que había gobernado, conservando todos los atributos de su dignidad y recibiendo el homenaje conmovido de sus súbditos, que los consideraban «vivos». Cada panaca (familias formadas por toda la descendencia de un monarca, también conocida como «Nobleza de Sangre») se encargaba de cuidar a su momia respectiva, dándole los honores y servicios que habían recibido en vida, y perpetuando su historia. Los mallquis, trasladados en literas, concurrían a todas las ceremonias que se celebraban en la plaza del Cusco y recibían la reverencia del pueblo.
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