El buitre real
El buitre real (Sarcoramphus papa) también llamado el cóndor de la selva, es uno de los carroñeros más grandes del mundo. Es muy colorido, lo que le distingue de otros buitres. Tiene un fuerte y poderoso pico perfectamente adaptado para desgarrar los cuerpos de los animales muertos, por lo que el buitre real ocupa un importante nicho ecológico y ayuda a evitar la propagación de enfermedades deshaciéndose de restos putrefactos.
Hábitat del buitre real
El buitre real se distribuye por el continente americano, desde México hasta el norte de Argentina. En el Perú se le encuentra en toda la Amazonía, en los departamentos de Loreto, San Martín, Ucayali, Madre de Dios, Amazonas y Cajamarca; y en el Bosque Seco Ecuatorial, en los departamentos de Lambayeque, Piura y Tumbes.
Suele habitar en los bosques de tierras bajas tropicales o, en su defecto, en sabanas y pastizales cercanos a estos bosques. Suelen estar cerca de cauces de ríos o lagos. Realizan sus actividades en zonas de hasta de 1500 metros de altitud sobre el nivel del mar, y se cree que usan las copas de los árboles para descansar.
Caraterísticas del buitre real
El buitre real se diferencia de los demás por su espectacular colorido. Puede llegar a vivir hasta 30 años en cautiverio. Posee un plumaje blanco (cuando es adulto) en su mayor parte, con la punta de las alas y la cola negras. Mide entre 70 a 80 cm y su envergadura con las alas abiertas es de hasta 2 metros. Pesa entre 3 y 4.5 kilos.
La cabeza es calva y el cuello también carece de plumas, siendo una adaptación para la higiene (esta ausencia de plumas impide que se contamine con las bacterias provenientes de la carroña que come, evitando así enfermedades). Esta ave posee carúnculas y papilas carnosas rojas y naranjas alrededor del pico. Esta carúncula no está totalmente desarrollada hasta en el cuarto año de su vida.
El iris es de tonalidad blanca, con un anillo orbital rojo. La cola es corta, ancha y cuadrada y las patas son de color gris claro y con garras no muy desarrolladas. Destaca por su pico de color naranja, que es más fuerte que el de otros buitres. Los juveniles presentan plumas de color pardo y es en el sexto año cuando adquieren el plumaje adulto.
Alimentación del buitre real
El buitre real se alimenta de todo tipo de carroña que encuentra en la foresta, desde cadáveres de ganado hasta peces varados y lagartijas muertas. A diferencia de la mayoría de sus familiares, el buitre real no tiene un buen sentido del olfato. Para buscar el alimento se guía por la vista, buscando a otros carroñeros que le indiquen la localización del algún cadáver.
Cuando encuentran un cadáver, las demás aves se apartan, ya que el buitre real es más grande y presenta un pico mucho más fuerte que le permite abrir la dura piel de los animales. Solo puede ser desplazado, cuando se acercan a la misma carroña, por el cóndor andino, al ser este último más grande, aunque son muy raros los encuentros de ambas especies por diferencias de hábitats en que se distribuyen.
Se le denomina «real» por su hábito de desplazar los buitres más pequeños de un cadáver y comer mientras esperan los demás. El buitre real suele comerse las piel y las partes más duras, como la carcasa y las áreas más duras de tejido del animal muerto, por lo que son aves fundamentales en los procesos de descomposición.
Comportamiento del buitre real
Son animales solitarios y no se congregan en grandes grupos. Por otro lado, no son aves migratorias y permanecen en el mismo territorio durante todo el año. Los ejemplares adultos suelen pasar la mayor parte del tiempo desapercibidos en lo alto de las copas de los árboles o volando buscando alimento. Al ser aves de gran envergadura, necesitan de las corrientes de aire para planear y prácticamente no mueven las alas mientras vuelan.
A pesar de su gran tamaño y pico fuerte, suelen ser poco agresivo, ya que en caso de una posible pelea suelen retroceder. Además, cabe destacar que estas aves necesitan estar cerca de cursos de agua para realizar la urohidrosis, un mecanismo consistente en defecar sobre sus patas y que les sirve para refrescarse y reducir su temperatura corporal. Este mecanismo es similar al sudor de los mamíferos, ya que utilizan la capacidad de evaporación de los fluidos.
Reproducción del buitre real
Alcanza la madurez sexual cuando cumple cuatro o cinco años, con las hembras madurando un poco antes que los machos. Se reproduce principalmente durante la estación seca. Se cree que son animales monógamos y en cautividad realizan un elaborado cortejo, en el que la hembra y el macho realizan sonidos, jadeos y resoplidos conjunto. En general por temporada de cría ponen un solo huevo, el nido lo hacen en el hueco de un árbol.
El nido tiene un olor fétido, lo que sirve para protegerse de depredadores potenciales. Ambos padres incuban el huevo durante 60 días. Los padres comparten las tareas de incubación hasta que el polluelo cumple aproximadamente una semana, después de lo cual a menudo montan guardia en lugar de empollar. Los dos cuidan de sus crías, llevándoles alimento y regurgitando trocitos para ellas.
El polluelo nace recubierto de plumón. Cuando tiene entre 1 y 3 meses de edad, los polluelos caminan y exploran los alrededores del nido. A los 3 meses de edad realizan sus primeros vuelos. Según van creciendo, los pollos se van alejando cada vez más del nido y comienzan a desarrollar su plumaje de adultos a los 18 meses. Suelen estar cerca de sus padres hasta que completan su crecimiento.
Amenazas del buitre real
Según la Lista Roja de las especies evaluadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), el buitre real se encuentra en un estado de preocupación menor. Sin embargo, hay evidencia que sugiere una disminución de la población, aunque no parece ser suficientemente significativo para que sea incluida en la lista de especies vulnerables.
Las principales amenazas de esta especie son la degradación y fragmentación de su hábitat, la caza furtiva, la intoxicación con sustancias tóxicas o venenosas (ya sea por cebos, por ingesta de balas o por agroquímicos) y las colisiones contra tendidos eléctricos y parques eólicos. Es necesario conservarlo a toda costa, ya que su tendencia poblacional general es decreciente.